jueves, 2 de noviembre de 2017

Historia de la nomenclatura de ciclones tropicales

Durante varios cientos de años antes de la llegada de los europeos a las Indias, los huracanes eran nombrados según la festividad que se celebraba el día después en el que la tormenta golpeaba la región.
La práctica de dar nombres de personas fue introducida por Clement Lindley Wragge, un meteorólogo australiano a finales del siglo XIX. Usaba nombres de chicas, los nombres de los políticos que le habían ofendido o atacado, y nombre de la historia y la mitología.6364
Durante la Segunda Guerra Mundial, los ciclones tropicales solo recibían nombres femeninos, principalmente para ayudar a los pronosticadores, y en cierto modo, de una manera ad hoc. Adicionalmente, la novela escrita en 1941 por George R. Stewart Storm ayudó a popularizar el concepto de dar nombres a los ciclones tropicales
De 1950 a 1953, se usaron nombres del Alfabeto fonético aeronáutico. La convención moderna apareció como respuesta a la necesidad de realizar comunicaciones que no fuesen ambiguas entre barcos y aviones. Al aumentar el tráfico de transportes y las observaciones meteorológicas mejorar en número y calidad, varios tifones, huracanes o ciclones podían ser monitorizados al mismo tiempo. Para ayudar en su identificación, a principios de 1953 la práctica de nombrar sistemáticamente tormentas tropicales y huracanes fue iniciada por el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos. Las nomenclaturas ahora son mantenidas por la Organización Meteorológica Mundial.
Para seguir con la costumbre del idioma inglés de referirse a objetos inanimados como bote, trenes, etc., usando el pronombre femenino "ella", los nombres usados eran exclusivamente femeninos. La primera tormenta del año era asignada con la letra "A", la segunda con la letra "B", etc. Sin embargo, dado que las tormentas tropicales y los huracanes son básicamente destructivos, algunas personas consideraron esta práctica como sexista. La Organización Meteorológica Mundial respondió a estas preocupaciones en 1979 con la introducción de nombres masculinos en la nomenclatura. También ese mismo año se inició la práctica de preparar listas de nombres antes del inicio de la temporada. Los nombres, son usualmente de origen inglésfrancés o español en la región atlántica, dado que estos tres idiomas son los predominantes en la región donde las tormentas se forman habitualmente. En el hemisferio sur, los nombres masculinos hicieron su entrada en 1975.

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